DE ESCRITORAS ASESINAS.

El libro de Kouri D. Richins titulado: ¿Are you with me? (¿Estás conmigo?) tiene una portada sugerente: un niño se divierte en un campo mientras su padre fallecido, orlado con un par de alas, lo vigila desde una nube. El texto aun no está traducido al castellano, pues recién en el primer semestre del año 2023 fué impreso. Con esta publicación única la autora logró que las noticias la calificarán como escritora de libros infantiles. Más a pesar de que el lanzamiento de la obra estuvo aureolado por giras propagandísticas, con discursos en ferias de libros, firma de ejemplares en librerías y entrevistas en programas de televisión; no fué por su faceta de autora por lo que Kouri saltó al escenario de los noticieros mundiales, aunque el libro halla dado un toque maquiavélico a ese salto. Una noche de marzo, de 2022, Kouri llamo al 911, el servicio de emergencia de los Estados Unidos, para avisar que su amante esposo, Eric Richins, yacía inmóvil en un mueble de la sala y estaba frío al tacto. Cuando la policía llegó al inmueble, comprobaron que el hombre, un adinerado comerciante, estaba tan frío como su querida consorte había comentado, era el hielo de la muerte. En el hospital el forense dió testimonio del deceso de Eric. Hasta ese momento no había ningún rasgo del libro de Kouri: fué a partir de allí que la mujer escribió el texto en tiempo récord, como si hubiera pensado en el por mucho tiempo antes. El argumento del mismo salió de manera prodigiosa de las manos de la fémina (a pesar de que no tenía experiencia ninguna anterior como writer) y en resumen trata de la manera en que un padre, o una madre, puede ayudar a sus hijos a superar exitosamente el trauma de la perdida del, o de la, conyugue. Y Kouri tenía tres párvulos para experimentar en ellos su novedoso método sicológico.  Fué entonces cuando las giras por el país, y los programas de televisión, hicieron antesala al plato fuerte que venía a continuación: en marzo de 2023, a dos meses de haber hecho el lanzamiento del libro, la autora de marras fue capturada por la policía, y puesta en custodia, bajo acusación de haber envenenado a su amantisimo esposo  proporcionándole una sobredosis, de fentanilo, disuelta en un cocktail que le había preparado aquella noche de marzo, un año atrás. Los impulsores de la investigación fueron los familiares del occiso, pues días antes del suceso luctuoso este ya se olía algo y en consonancia cambio el destinatario de por lo menos una de las cuatro pólizas de seguros, que su esposa había adquirido para asegurar su vida, sin que el lo sospechara claro está, y que le proporcionarían a ella como única beneficiaria una suma que redondeaba los cuatro millones de dólares. Eric había advertido a su hermana sobre las sospechas de que la mujer atentará contra su vida por la incesante necesidad de dinero que la asaltaba constantemente. Kouri fué llevada a la cárcel; en septiembre del pasado año las noticias la describían sentada en el banquillo, haciendo malabares legales para probar que ninguna de las acusaciones de homicidio, contra su esposo, era cierta y que ella lo amaba entrañablemente, aún más allá de la tumba. Cómo prueba arguye la dedicatoria al inicio de su libro, que dice: a mi increíble esposo y un maravilloso padre.

Sin duda que cuando se elabore la lista de los motivos altamente inspiradores, para los Escribas de nuestro inicio de siglo, las pólizas de seguros tendrán una linea especial. Decimos esto porque el siguiente caso del que vamos a escribir tiene, de entrada, un carácter muy redundante que emana de la magia de las benditas pólizas de seguros: hablamos de la escritora que elaboró en el año 2011 un ensayo (para su blog personal) titulado Como asesinar a tu marido, y en mayo del 2022 fué condenada a cadena perpetua por haber matado a su marido  (al que tenía cubierto por una póliza, claro está) de dos disparos, en el año 2018. A esto se le llama, en el mundo de los lógica formal, una tautologia. Pero la lógica es un ente abstracto; el derecho que se mueve en el mundo de los hechos, del uso y la costumbre, lo denominó homicidio. ¿Cómo se produjeron los eventos que condujeron a este desenlace? Veamos: Nancy Crampton Brophy es una ficciónadora de historias truculentas, que se mueven entre el mundo del romance y del crimen. Sus primeras obras fueron ensayo de economía, que elaboró en sus tiempos de universitaria. Conoció a Daniel Brophy cuando ambos habían superado los cuarenta años de vida (Nancy había nacido el año 1950) y después de un tiempo se casaron.  La fémina desarrolló una carrera como escritora mientras su esposo se desempeñaba como chef y docente en una academia de cocina. La escritora facturó una serie, que se vende en Amazon, con la etiqueta Lo incorrecto nunca se sintió tan bien,  bajo la que publicó varios títulos: El policía equivocado, El hermano equivocado, El héroe equivocado, El oficial de marina equivocado, El amante equivocado y El esposo equivocado entre otros. La cuestión es que, amén del título de la última novela, en El policía equivocado una mujer pasa todo su tiempo fantaseando como ultimar a su consorte. El artículo de su blog, del que ya citamos el título (redundando la redundancia), expone varias fórmulas para cometer el perfecto asesinato, en una trama de black roman: no utilizar veneno porque deja rastros evidentes, no encargar a un sicario porque termina denunciandote, no comisionar al amante por similitud en el descenlace con la del sicario, siempre utilizar armas de fuego por ruidosas que sean. Estas reflexiones convencieron al jurado de que la mujer había madurado el método, en sus ficciones, antes de llevarlo a la realidad. Sólo faltó una obra en esa estantería: La póliza de seguros equivocada,  y está falta le dió cadena perpetua a la prolifica creadora. Quizás decida escribirla en su celda. Por cierto, en un allanamiento a la estrecha habitación en la cárcel, de la Kouri Richins, le encontraron un manuscrito con instrucciones para su hermano sobre como debería declarar (mentir) en el estrado, cuando lo llamaran a atestiguar. La mujer se defendió diciendo que ese era un capítulo, de una novela, que escribía en sus horas de obligado descanso.

Platón, el filósofo griego que vivió a horcajadas entre los siglos V y IV a.c., realizó una teoría desde la cual el deseo humano estaba determinado por una manera de entender el bien. Para concretar su tesis estableció una jerarquía que iba desde el bien individual (lo que satisface las necesidades personales) pasando por el bien colectivo, hasta llegar al Máximo Bien que es un termino abstracto: un objetivo ético por el que los humanos moldean su comportamiento y que exige un esfuerzo de comprensión, como de acción, para ser alcanzado. En terminos platónicos: madame Kourie y mademoiselle Nancy se quedaron en el inicio de la escala platónica. Por otro lado Epicuro (vivió en la frontera entre los siglos IV y III a.c.) explicaba que todos los errores humanos surgen de cuatro consideraciones fallidas, estas son: temor a los dioses, miedo a la muerte, pesar por los dolores y ansia de placeres; además agrega que el verdadero hedonismo surge de la paz interior o ausencia de perturbación mental y moral (ataraxia) apoyada por la inanidad del dolor para afectarnos (aponia). Algo de Platón y de Epicuro hay en el pensamiento del surcoreano Byung-Chul Han, quien recomienda la vuelta a la sencillez y al discreto goce del placer que se halla en las cosas pequeñas que, unidas o yuxtapuestas, conforman la cotidianidad. Esa ansiedad de experiencias placenteras, que en el universo del consumo está predispuesta por la posesión del dinero, sepultó en las susodichas féminas cualquier consideración de índole humana que pudieran haber albergado: no hubo reflexión que despertaste el recuerdo de la ternura (debió haberla en algún momento) hacía su compañero de vida; tampoco hubo disgresion posible, de índole moral o religiosa, que detuviera el impulso siniestro. Todo aquello se supeditó a ese poderoso caballero: don Dinero como lo llamaba Shakespeare. La literatura fué aquí solo un complemento de comportamientos determinados por esa ansia de placeres en la que la posesión del dinero sustituye a todos los demás: las letras como sello de cierre de vidas desperdiciadas en el altar de la ambición.

El detective volvió a echar una mirada sobre el cadáver, de quien fuera Honora May Parker, cuando una de las niñas (una rubia de dieciséis años) le explicó de nuevo que la mujer había caído accidentalmente. Helaba la sangre la sola consideración de la ingenuidad (o la estudiada y oculta malignidad) que se desprendía del testimonio: la testa de la Parker era un amasijo sanguinolento que sólo la caída, de cabeza, desde un edificio de diez pisos pudiera haber explicado. Y en aquel lugar, el parque Victoria de Christchurch en Nueva Zelanda, aún los edificios más cercanos no tenían esas dimensiones. No obstante el detective anotó, en su libreta de apuntes, el testimonio de las dos adolescentes (la rubia y la que le acompañaba) junto con sus nombres: Juliet Marion Hulme (resultó ser hija del catedrático de física de la seccional de la Universidad de Canterbury, que funcionaba allí, en aquel año de1954) y Pauline Parker (hija de la occisa). La investigación posterior echo luces sobre el enigma: Honora había recibido al rededor de cuarenta y cinco (sic) golpes en la cabeza, hechos con una piedra envuelta en una media, de manos de las muchachas. Todo era parte de un plan para impedir que las separasen; un proyecto trazado con ingenuidad juvenil pero ejecutado con ferocidad y absoluto desprecio por el valor de la vida humana: un violento homicidio -matricidio.  Llevadas a juicio, la minoría de edad de las féminas fué quizás el atenuante que las sacó con un mínimo de daños de la situación: fueron condenados a pagar cada una cinco años de cárcel, en lugares separados. A Juliet, por lo menos, la experiencia la transformó de manera tan profunda que al salir del encierro, en 1959, se mudo a varios lugares, lejos de Nueva Zelanda, y ejerció varias profesiones, para finalmente localizarse en Portmahoak, en Escocia, con la madre que se había separado del padre catedrático, y adoptar una nueva identidad y  profesión: se convirtió en Ann Perry, la famosa escritora de novelas policiales que falleció el pasado año (1939 a 2023). Ann Perry al parecer no volvió a saber nada ni a tener contacto ninguno, por el resto de su vida, con la otra adolescente cómplice del crimen. Su historia en el black roman sin embargo no fué un camino de dichas: es hasta 1979 que publicó Los crímenes de la calle Cater, su opera prima en la que le da vida al detective Thomas Pitt. En 1990 con El rostro de un extraño le da existencia literaria a otro detective que sentó plaza en la galería de los personajes inmortales de la novela negra: William Monk. Para el 2010 había producido cuarenta y siete novelas, con más de veinticinco millones de libros vendidos. En una entrevista para ABC, de septiembre del 2010, la escritora afirmaba que cuando sucedió el hecho del parque Victoria, ella estaba siendo tratada con medicina experimental, a causa de un antiguo padecimiento de tuberculosis, y era muy susceptible a la manipulación sicológica. Desde que salió de la cárcel había profundizado su participación religiosa: la fe, expresaba, es una fortaleza de convicciones (...) si uno profesa admiración hacía Dios y la tierra, debe portarse lo mejor que pueda con su prójimo; es lo más que se le puede pedir.
Después de tres días el cadáver apestaba; fué entonces cuando los vecinos de aquel sector acudieron a la policía, que llegó con toda la parafernalia del caso a recoger los restos. Era un hombre que vivía sólo, más era conocido por ser un traficante minorista de marihuana y de metanfetaminas. Corría el año1976 y en la favela de Rocinha el tráfico de Cannabis, como de pastillas, designaba la  buena o malaventura de los jibaros; y a aquel sujeto el tarot le  regaló la carta de la huesuda. La historia de aquella muerte jamás aclarada se conocería treinta y nueve años después, de las letras de la misma homicida: Raquel de Oliveira, una carioca autora de La número uno, texto autobiográfico en que relata su paso por el mundo del hampa (en la favela más extensa de Río de Janeiro y del Brasil) desde los nueve años en que fué vendida por su propia abuela al capo del juego y el tráfico de droga, hasta convertirse años más tarde en la jefa del cártel de Rocinha, cuando su amante y jefe Nivaldo cayó víctima de la guerra entre traficantes y ella lo reemplazó en la jefatura. Dinamita pura, comentó uno de los críticos de literatura sobre el contenido del texto. Cómo superó aquella vida, marcada por el negocio del tráfico y la adicción, para luego convertirse en escritora, es materia que plena las páginas del libro. El cuento del traficante muerto es uno de los gajes del oficio que tuvo que superar la garota en sus primeros tiempos, a la edad de quince años: el capo la envio a realizar una entrega de droga, sóla y sin armamento. Cuando llegó, el comprador la hizo ingresar al lugar y cerró la puerta con llave; luego le proporcionó varios porros de marihuana. Raquel le siguió el juego; luego de haber fumado una cantidad apreciable, el individuo supuso que la esbelta muchacha estaba suficientemente mareada y se le echo encima; pero el cuchillo que había dejado olvidado sobre la mesa hizo el día de la quinceañera, que tenía una inusual resistencia a los efectos de la hierba. Cuando el traficante yacía sobre el suelo, la niña tomó de nuevo el paquete de droga, se colocó una camisa del occiso para tapar las manchas de sangre en su atuendo y salió cerrando la puerta tras de si. Treinta y nueve años después, cuando escribió el relato, ya el caso había prescrito. 

Los casos de las adolescentes Juliet y Raquel tienen rasgos comunes, en la comisión del hecho criminal de que fueron actoras, aunque respetando las diferencias. En la vida de ambas la escritura fué una actividad que además de manchar de tinta la blancura del papel, devolvió la apariencia nivea a sus almas abrumadas por la inclemencia de las adversidades. Para ellas aunque el viaje en su inicio barrenó en los campos teñidos de sangre, la incursión en los predios de la literatura marco la apertura a otra dimensión de la existencia: una en la que encontrarían la redención, en la que se reconcilian con el resto de la humanidad. Indudablemente algo del mensaje del predicador de Nazareth hay en esta consideración, hecha carne en la vida de éstas mujeres excepcionales.

12 de enero de 2024.
Magoc.

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